Tipos de fertilizantes y su aplicación
Los fertilizantes son las sustancias que utilizamos para mejorar las características biológicas, químicas y físicas del suelo de nuestro cultivo, para obtener con ello un mejor crecimiento.
El origen de los fertilizantes puede ser animal, vegetal, mineral o sintético y se puede clasificar en diferentes grupos:
Fertilizantes orgánicos
Formados de manera natural ya sea por vía animal o vegetal, como puede ser el estiércol o el compost.
Fertilizantes inorgánicos
Éstos son utilizados para aumentar el material orgánico de la tierra y añadir nutrientes. Se suelen extraer mediante la extracción mineral o procesos industriales químicos o físicos.
Biofertilizantes
Esta clase de fertilizantes son los que contienen microorganismos vivos como bacterias u hongos. Su uso permite que estos microorganismos se desarrollen a la par que la planta, ayudándola en su proceso natural y permitiendo que el terreno recupere sus nutrientes con mayor facilidad.
Fertilizantes químicos
Se componen por la mezcla de diferentes elementos junto con los principales nutrientes (macronutrientes y micronutrientes), cuyo origen pueden ser químico o mineral.
Por otro lado, existen diferentes tipos de aplicación de los fertilizantes en función de los productos, sus cualidades y los resultados que queramos obtener podremos distinguir entre tres formas de aplicar los fertilizantes:
Radicular
Se aplican en la base de la planta, disuelta en agua o bien de forma directa. Así acercamos los nutrientes a la raíz.
Foliar
Su aplicación va por goteo y es absorbido por las hojas, como si fuera lluvia. Se suele usar como un complemento a los abonos de suelo, pero hay que tener en cuenta factores como el calor, humedad y la luz.
Fertiirrigación
En este caso los fertilizantes se disuelven en el agua del riego y de este modo los nutrientes se reparten por el terreno. Este método es el más racional puesto que aumenta la producción de la planta con una dosis menos de abono.