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Efectos negativos de los fertilizantes en la salud

Uno de los principales problemas de los fertilizantes son sus efectos secundarios en la salud y vida del consumidor, es decir, los efectos nocivos que estas técnicas nos podrían producir al tener contacto con alimentos, aguas y terreno que consumimos. Ante este tema, cabe destacar que el efecto nocivo de los fertilizantes químicos no se habla ampliamente ya que en parte no se ha llegado a probar correctamente. A grandes rasgos podemos entender o llegar a concluir que existe un riesgo en la contaminación del agua subterránea y las consecuencias ambientales que conlleva, pero no podemos especificar lo que realmente significa para nuestra propia salud.


















Como hemos mencionado uno de los problemas conlleva los fertilizantes químicos es la contaminación del agua subterránea, ya que parte de los fertilizantes se descomponen en nitratos y avanzan fácilmente por el suelo al ser solubles en agua. Además, pueden llegar a permanecer décadas en el agua teniendo un efecto acumulativo de nitrógeno. La contaminación del agua subterránea se relaciona con el cáncer gástrico, el bocio, las malformaciones del nacimiento y la hipertensión.




Uno de los efectos más preocupantes a la par de asustadizos es el llamado “methemoglobinemia”, también conocido en los bebes como “el síndrome del bebe azul”. La contaminación causa una disminución del oxígeno en la sangre y con ello un color azul/gris de la piel, justo con irritabilidad de la misma.




En cuanto a la contaminación medioambiental surgen las “zonas muertas” marinas, donde se crea una afluencia de la vida vegetal que se come el oxígeno y hambre de los peces y crustáceos. Esta situación tiene un impacto tanto en el ecosistema acuático como en las zonas donde dependen de los alimentos procedentes de ese sistema.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Saber cómo proteger nuestra salud es lo principal ante este tema:

En el caso de utilizar agua potable, que un laboratorio pruebe regularmente nuestra agua.

Apoyar la agricultura orgánica y sostenible.

Conozca todo lo posible para los fertilizantes en su propio jardín.

Participar en las normas y prácticas orgánicas.

Mantenerse informado y saber diferenciar para una mejor salud y vida.


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